La voluntad de Dios es que las personas de todas las naciones lo conozcan como Señor y Salvador amoroso y vengan a adorarlo. Su voluntad es que vivamos el tipo de vida que lo honra. Nuestras voluntades a menudo son diferentes. Muchas veces queremos otras cosas. Y así … antes de llegar a esa parte de la oración donde le pedimos que nos bendiga y nos dé cosas … queremos adorarlo y rendirnos a su voluntad … ¡estar dispuestos a que se haga su voluntad antes que la nuestra!