¿Cuántos de nosotros aceptamos fácilmente el pensamiento: “Si no eres el primero, eres el último”? El Reino de Dios le da la vuelta a esta forma de pensar. Jesús pone patas arriba los caminos del mundo. Lo cual es muy bueno para nosotros. Necesitamos la revelación y la enseñanza de Jesús para ayudarnos con esto. La sabiduría mundana nos lleva en la dirección opuesta y nunca terminaremos la carrera. Jesús nos guía a comprender lo que es verdaderamente valioso e importante y lo que debemos perseguir con entusiasmo y urgencia.