La forma adecuada marca la diferencia en la carrera. Cómo golpean tus pies el suelo, la forma en que empujan tus dedos, la rotación de tus piernas, el movimiento de tus brazos, la posición de tu pecho, el enfoque de tus ojos: todo importa. Los corredores practican la forma y la técnica adecuadas con un propósito, pero no sólo externo. Es para garantizar que todo su cuerpo esté sincronizado, incluidos los pulmones y el corazón. Todo contribuye a una carrera exitosa. Jesús recuerda que cuando se trata de nuestra carrera espiritual, la forma adecuada en nuestros corazones conduce a una adoración adecuada en nuestras vidas y a una alabanza adecuada en nuestros labios.