Creemos que Cristo experimentó la muerte con nosotros y por nosotros. Descendió a la tumba, pero venció a la muerte y resucitó.
El credo nos recuerda que la guerra terminó. La victoria está completa. Recordemos vivir en tal victoria y llevarnos con el triunfo de Cristo: su triunfo sobre el pecado, la muerte, el infierno y Satanás.