Como ovejas, somos propensos a deambular. Necesitamos un Pastor sobre nosotros y debemos pastorearnos unos a otros. Sigamos a nuestros pastores, oremos por ellos y animémoslos. Todos estamos sirviendo al Pastor que dio su vida por nosotros. ¡Así que nos humillamos, pero Dios nos exaltará! No hay lugar más seguro en el universo que en las manos de Dios, así que dejemos todas nuestras preocupaciones en Él. Necesitamos su protección: ¡el enemigo es real! Pero estamos a salvo con Dios. Para siempre. El mundo puede quitárnoslo todo… pero no puede quitarnos nuestra identidad ni nuestro futuro. ¡Así que mantente firme en esa esperanza viva! ¡Y espera con ansias lo que Jesús volverá a hacer por ti!