Por qué Dios nos llevaría a la tentación? ¿No nos ama y quiere que vivamos a su manera? ¡Por su puesto que lo hace! Con esta solicitud, estamos admitiendo que el enemigo que nos tienta es más fuerte que nosotros, nos odia y quiere destruirnos. Entonces, estamos pidiendo que Dios no permita que la tentación se acerque a nosotros. Él es el único más poderoso que el enemigo que quiere hacernos daño.