Nos encanta compartir con las personas los lugares a los que hemos ido, las cosas que hemos hecho, los logros que hemos alcanzado. Hay cosas en este mundo que nos han traído alegría y que queremos compartir con otros. Pero cuando nos enfocamos en compartir con todos lo que hemos hecho o logrado, puede convertirse en una competencia sobre quién ha hecho o visto más. Y la verdad es que todas estas cosas solo pueden traernos alegría por un tiempo limitado. Si pensamos que las cosas que hemos hecho nos han traído alegría, hay algo que se hizo por nosotros que nos trajo una alegría mayor que cualquier cosa que hayamos hecho o experimentado. Una alegría indescriptible. Y cuando conocemos esta alegría, la creemos, la celebramos, todo cambia.