Creemos que Jesucristo es el Hijo eterno de Dios, y Él es completamente Dios y completamente humano.
Esta confesión de la persona de Jesucristo es tan importante porque hace la guerra al infierno mismo. Es el asalto contra Satanás, sus tentaciones, las acusaciones que nos lanza y la misma prisión a la que nos esclavizaría. Todo porque Jesús es el Cristo, el hijo del Dios viviente. Entonces combatimos las nociones del materialismo: no necesito cosas, necesito a Jesús. Combatimos las nociones del individualismo, porque Jesús me compró con su sangre.