27 de noviembre | Un descubrimiento inesperado

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Hemos escuchado historias sobre personas que descubren tesoros muy valiosos que estuvieron justo debajo de sus narices durante mucho tiempo. Simplemente no se dieron cuenta hasta que hicieron un descubrimiento inesperado. ¿Puede ser cierto eso de la relación que tenemos con el tesoro más valioso que tenemos en la tierra? ¿Ha estado sentado debajo de nuestras narices sin que nos demos cuenta? Estoy hablando de la Biblia. ¡La Palabra de Dios con la que Él se revela y nos da su buena noticia! Un rey del Antiguo Testamento descubrió este tesoro perdido y cambió su vida. ¿Por qué es la Palabra de Dios un tesoro tan valioso? ¡Porque queremos ver a Jesús! ¡Y Jesús ES la Palabra! Si no estamos en nuestras Biblias, nos estamos perdiendo a Jesús. Entonces nos falta la esperanza. Vamos a encontrarlo. ¡Él está allí mismo en la Palabra!