El tiempo es tan importante para nosotros. Los segundos están marcando el tiempo mientras lees esto. Somos gente de calendarios, fechas, tiempos, horarios. Estamos motivados a hacer tanto en el tiempo que se nos da. ¿Pero realmente dejamos tiempo para hacer lo que importa? Si alguien necesita que ores con ellos, ¿tienes tiempo para hacerlo? A veces, nuestro impulso erosiona nuestro propósito. Nadie vivió con un propósito tan y más grande que Jesús. Y, sin embargo, parece que nunca vivió un día con un horario, un calendario o un reloj. Vagó donde lo necesitaban y se desvió donde lo interrumpieron. Y pasó mucho tiempo comiendo y conversando. A veces tenemos que dejar de seguir nuestro calendario y empezar a prestar atención. Especialmente cuando Dios visita. La mayoría de nosotros vivimos con el temor de que se nos acabe el tiempo. Pero somos herederos de la eternidad. No nos faltan días. Solo tenemos que numerarlos correctamente.