4 de febrero | Escucha atentamente a tu entrenador

El entrenador observa a sus atletas, toma notas, compara los tiempos y luego habla. Él enseña. Da instrucciones importantes. Aquellos que tengan la humildad de aceptar sus instrucciones y estímulos crecerán en sus habilidades. Aquellos que creen que saben más lucharán y fracasarán. Jesús es mucho más que un entrenador. ¡Él es nuestro Dios, nuestro Salvador! Cuando él nos enseña e instruye, es importante que abramos nuestros oídos para escuchar su Palabra y poner sus palabras en práctica. Mientras Jesús nos instruye con historias e ilustraciones, nos pide que escuchemos. Su Palabra funcionará. Cuando somos pacientes, él obtiene sus propios resultados a partir de las palabras que pronuncia.