4 de junio | Dejar de copiar al mundo y empezar a copiar a Cristo

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Vivimos en un mundo consciente de la moda. Vemos personas influyentes que usan ciertos estilos de ropa y los imitamos tratando de mantenernos al día con las mismas modas. Queremos vernos igual que el mundo que nos rodea. Hacemos lo mismo en la forma en que vivimos. Imitamos al mundo en la forma en que actuamos, hablamos y pensamos. A veces nos mezclamos perfectamente y la gente ni siquiera sabe que somos diferentes. El estímulo en este texto es dejar de tratar de parecernos exactamente al mundo que nos rodea y comenzar a imitar a Dios en su lugar. Los beneficios de ser como el mundo son de corta duración. La esperanza que Dios ofrece dura para siempre.