En su libro Making Sense of God, el autor Tim Keller cita al novelista posmoderno David Foster Wallace, quien es ateo: “En las trincheras del día a día de la vida adulta, no existe tal cosa como… no adorar. Todo el mundo adora. La única opción que tenemos es qué adorar “. ¿Es esto cierto? Si es así, ¿qué implicaciones tiene esto para las decisiones que tomamos en la vida? ¿Nuestras relaciones? ¿Nuestras actitudes? ¿Realmente importa a quién o qué adoramos? En este mensaje final de nuestra serie, veremos cómo una cosmovisión cristiana inspira toda una vida de adoración gozosa. Nuestra relación con Dios nos da una identidad estable sobre la cual edificar nuestras vidas y un espíritu generoso y amoroso hacia Él y hacia los demás.
