8 de Diciembr | El fundidor de plata

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La anticipación de un nuevo líder viene acompañada de nuevas expectativas para quienes lo siguen. ¿Estamos preparados en nuestros propios corazones para recibir al que estamos esperando? Las expectativas de Dios son permanentes: no cambian. Lo que significa que debemos cambiar. Todo cambio es difícil. Este cambio es imposible—para nosotros. Gracias a Dios, su gracia y misericordia nunca cambian. Él envía al refinador, aquel que aplica el calor para que la plata sea purificada. Nuestro Dios nos llama a regresar a él en arrepentimiento, reconociendo nuestro pecado y dejando que se queme, y Dios regresa a nosotros para restaurar, refinar y purificar a través del milagro de la justificación y la fe en Cristo. El Espíritu Santo continuará refinándonos y purificándonos como los hijos santos de Dios: plata purificada en las manos de un maestro de la plata.