Nos acercamos a todos por igual, ya sean ricos o pobres, jóvenes o personas de edad, casados o solteros, etc. Creemos que el evangelio crea una humanidad nueva, enfocada en Jesús que nos une incluso a través de diferentes culturas. Con la mayor frecuencia posible, practicamos diciendo: “No está bien o mal, simplemente es diferente”. Las diferencias enriquecen a nuestra iglesia cuando todos nos movemos en la misma dirección para llevar a cabo nuestra misión.